HABEMUS PAPAM, LEÓN XIV
Robert Prevost, líder experimentado dentro de la Iglesia católica y figura destacada del clero en Perú durante muchos años, ha sido elegido como el nuevo papa, bajo el nombre de León XIV. Se trata del primer pontífice estadounidense en la historia del Vaticano.
Nacido en Chicago en 1955, Prevost ingresó a la Orden de San Agustín en 1977, fue ordenado sacerdote en 1982 y obtuvo un doctorado en Derecho Canónico en Roma. Su trayectoria eclesiástica ha estado profundamente marcada por su labor misionera en Perú, país del que obtuvo la nacionalidad en agosto de 2015, según la Superintendencia Nacional de Migraciones y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil.
En Perú, trabajó intensamente en misiones y en la formación de aspirantes agustinos. Fue obispo de Chiclayo desde 2015 y administrador apostólico del Callao, designado por el papa Francisco en 2020. También se desempeñó como segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana en 2018.
A nivel vaticano, Prevost ha ocupado cargos de gran relevancia. Fue nombrado cardenal en 2019, y en 2023 fue designado como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. En estos roles, jugó un papel clave en el nombramiento de obispos en todo el mundo, evaluando candidatos y formulando recomendaciones directas al papa.
En una entrevista con Vatican News, ya como jefe del Dicasterio, expresó:
“Sigo considerándome misionero. Mi vocación, como la de todo cristiano, es ser misionero, proclamar el Evangelio dondequiera que uno esté”.
Su elección como papa rompe con una tradición no escrita del Colegio Cardenalicio, que suele evitar elegir a papas estadounidenses por la influencia geopolítica de ese país. Sin embargo, la larga experiencia pastoral y cultural de Prevost en América Latina podría haber sido clave para su elección, equilibrando su origen con un profundo arraigo en el sur global.
Desde el balcón del Vaticano, en su primer saludo como León XIV, dirigió estas palabras al mundo:
“La paz esté con todos ustedes. Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el buen pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios. También, yo quisiera que este saludo de paz llegue hasta sus corazones, les alcance a sus familias, a todas las personas, dondequiera que se encuentren; a todos los pueblos, a toda la tierra. La paz sea con ustedes.”
Y añadió:
“Una paz desarmada y una paz desarmaste; y también perseverante, que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente; todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente del papa Francisco, que bendecía a Roma”.







































