Esta realidad, observable en las principales arterias comerciales y barrios populares, está afectando a los vendedores dominicanos que tradicionalmente ocupaban estos espacios para ganarse la vida.

Desplazamiento de los dominicanos
La masiva presencia de vendedores haitianos es especialmente notoria en zonas como:
- Avenida Charles de Gaulle: Un corredor vital donde las esquinas se han transformado en mercados improvisados.
- Estación del metro Concepción Bona: Punto emblemático en la intersección de la Avenida Mella con San Vicente de Paúl.
- Mercado de Los Mina: Un centro comercial que ha visto una notable transformación en su composición demográfica.
Barrios como El Valiente, Los Molinos del 13, El Tamarindo, El Almirante, y San Luis también muestran una proporción significativa de inmigrantes haitianos ejerciendo el comercio informal. En algunos de estos lugares, se alega que hasta el 90% de los documentos presentados por los extranjeros son falsos.
Impacto en la economía informal
Los haitianos han asumido el control de negocios informales en diversas áreas:
- Ventas de comida, como frituras y helados.
- Comercio de ropa, accesorios y frutas.
- Venta de agua embotellada y tarjetas telefónicas.
En avenidas como la Nicolás de Ovando, Máximo Gómez, y la intersección de las calles París con José Martí, la proporción de vendedores haitianos supera en muchos casos a los dominicanos, generando un sentimiento de desplazamiento entre los comerciantes locales. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), de los más de 370 mil negocios informales existentes en el país, una porción significativa está bajo control de inmigrantes haitianos.
Problemas colaterales
Además de la ocupación de espacios públicos, surgen otras preocupaciones:
- El uso de niños para pedir dinero en calles del Polígono Central.
- Deterioro del paisajismo debido al uso de áreas verdes como espacios comerciales y sanitarios.
- Tensión social por la percepción de una «invasión pacífica».
Estas situaciones han generado un malestar creciente entre los habitantes de Santo Domingo y han provocado llamados a la acción por parte de diversas figuras políticas y sociales.
Rol de las autoridades
Las respuestas de las autoridades han sido insuficientes para abordar esta problemática. Aunque el alcalde de Santo Domingo Este, Dío Astacio, ha mostrado intención de resolver el problema, enfrenta limitaciones debido a la falta de apoyo del gobierno central. Por otro lado, figuras como el abogado Vinicio Castillo Semán denuncian una conspiración internacional para facilitar la permanencia de haitianos indocumentados en el país.
Según Castillo Semán, el Estado Dominicano debe implementar medidas más estrictas para regularizar la migración y controlar la situación. Estas declaraciones reflejan la opinión de muchos dominicanos que exigen una acción gubernamental más firme.
Consecuencias legales y posibles soluciones
La Constitución de la República Dominicana, en su artículo 23, establece la pérdida de derechos de ciudadanía por traición a la patria. Las actividades que favorezcan la permanencia ilegal de extranjeros podrían ser interpretadas como una amenaza a la soberanía nacional.
Entre las soluciones propuestas están:
- Fortalecimiento del control fronterizo para reducir el flujo de inmigrantes ilegales.
- Creación de programas efectivos de regularización migratoria.
- Regulación estricta de los espacios públicos y del comercio informal.
Reflexiones finales
La situación de los vendedores haitianos en Santo Domingo es un tema complejo que involucra factores económicos, sociales y políticos. Si bien algunos dominicanos prefieren no opinar por temor a represalias, la realidad exige un debate abierto y soluciones concretas que respeten los derechos humanos sin comprometer la soberanía nacional. Las autoridades locales y nacionales deben trabajar en conjunto para resolver esta problemática y garantizar una convivencia armónica en la provincia de Santo Domingo.








































